Un astrolabio de navegante en el Mar de la comunicación escrita.
Desde pequeña me gustó escribir, veía
las máquina de escribir, esas máquinas que hoy están y se enseñan a los
pequeños y pequeñas en un museo, las Lexicom 80, que escribían desde la
tinta que pasaba por un carrete y que la letra se imprimía a fuerza del
golpe en lo que se llamaba tipo, hoy estamos escribiendo desde teclados,
que no necesitas ni mucha fuerza , ni muchas ganas de imprimir la letra
ya que sola ella sale escrita en un pantalla virtual.
Mi padre tenía una máquina y luego se perdió en el olvido como él se ha perdido en el Universo de la Vida.
Nunca olvidaré que desde algún lugar
remoto que estaría mi padre, siempre lejos, siempre distante, llegarme
un cheque para mi cumpleaños número 18, donde pude ir a cobrar al banco
mi primer cheque y salir de allí y caminar por la calle TALCAHUANO del
centro de Capital Federal, de Buenos Aires y comprar mi primer máquina
de escribir Olivetti, pequeña de escritorio y comenzar ese ComunicArte en lo escrito, en lo recóndito, en lo literario.
Con una emoción que aún recuerdo,
escribí mis primeros bocetos, mis primeras letras , que luego fueron
palabras y luego mares de oraciones que se fueron imprimiendo a fuerza
de dedos y dedos , golpe a golpe, en el papel , que luego sería una
bocanada de mi vida, de mi parte y arte en esta realidad.
Búsqueda, ansiedad y miedos, fueron mis
primeras musas, que fueron guiándome cual Astrolabio en medio de las
tormentas cotidianas.
Una puesta en escena era mi gran espacio
, que en ese momento de mis 18 años, contaba con un cuarto, la cama,
la mesa de escribir y buscando libros en todos estos años hasta mis 43
actuales, pude degustar y tomar como referentes a Ray Bradbury, Isabel
Allende, Gabriel García Márquez, Benedetti, Pablo Neruda, Alicia
Pizarnik, Gabriela Mistral, Juan Rulfo con su primer novela “Pedro Páramo”, el escritor de EL PERFUME Patrick Süskind, Máximo Gorki , con su cuento “La Madre”.. Y tantos más y tantas más.
Hoy se mezclan y siguen entonando mis
escritos dando color y sabor los libros y novelas de Isabel Allende,
Ángeles Mastreta, Laura Esquivel, en historia Felipe Pigna, con su libro
“Mujeres tenían que ser”, que en otro artículo descubriremos
juntos y juntas, encontrando, creo yo, los argumentos y hechos
históricos de los porqué hoy en este siglo, estamos tan perdidos y
perdidas, por la falta de perspectiva económica en cualquier parte de
este planeta Tierra.
En el silencio de la noche, las teclas
de mi máquina de escribir cobraban una verdadera música inspiradora a la
hora de poder volcar todo mi sentir. Pasión a la vida misma, a cada
rayo de Sol, a cada aparecer de Luna, a cada lluvia otoñal o primaveral,
a cada transcurrir de las horas más letras se imprimían al golpe de
cada dedo, de cada tecla.
Muchas noches y muchas tardes me ha
servido mi escritura para despejar mi mente, y plasmar en ese momento
alguna foto de palabras de la realidad que en la calle había acontecido y
que mis ojos habían registrado y que mi cerebro había impreso.
En el libro “El Zen en el Arte de escribir
“de Ray Bradbury, verifiqué, que es un trabajo el querer escribir y el
escribir algo, para los lectores y lectoras, que se entienda, que llegue
a lo más profundo de cada gusto de las personas. Luego cuando estudié y
profundicé en la Comunicación Social, uní los dos fundamentos el ARTE DE ESCRIBIR, el ARTE DE DECIR y lo que llega el Arte de Comunicar.
Por esta misma magia y trabajo en
conjunto, es que hoy puedo y debo seguir escribiendo y seguir
comunicando. Un Zen de comunicación me embriaga, cada vez que me pongo
frente a la pantalla en blanco, que antes era el papel y frente al PC u
ordenador que antes era la máquina que fuerza del golpe que iba teniendo
y la sustancia increyente de la pasión con que se escribía iba cada vez
más sonora, más rápida.
Por esa magia interesante y subyugante
es que sigo buscando lectores y lectoras que dejen fluir sus formatos,
“desformateando” el alma, y creando nuevas palabras, nuevas rutas,
puentes de comunicación, sin formas establecidas, sin permisos que
conciliar, sin posdatas que transcribir.
Nuevas formas de comunicación están hoy
al alcance de todos y todas, radios sin radio, que son activismo sonoro
que se mezclan y surcan los mares a través de las redes, el ASTROLABIO
antiguo hoy nos conduce y nos lleva a encontrar nuevas formas de
comunicación, de llegar a lugares lejanos. Todos y todas podemos y somos
Antenas, de la vida misma, cada día que pasa que comentamos entre
nuestros pares cercanos, es una ¡Noticia!
Por eso les hago llegar por medio de
esta revista digital, las fuerzas y las ganas de escribir, de decir, de
seguir adelante siendo cada una de nosotras y nosotros una fuente de
información y de Arte constructivo hacia otras personas.
Aixa García
Nota :
Fuentes consultadas :
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