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((((feminismo)))) la referencia


“Deconstruyendo” y construyendo género…Referentes para seguir sus pasos.
Las corrientes que influyeron en Argentina para la conformación del Movimiento Feminista de la primera ola, corresponden a las que vinieron desde el viejo continente europeo, con la migración a causa de las guerras mundiales, de las religiones protestantes y de  mujeres como Juana Manso , Cecilia Grierson, Isabel King y Sara Chamberlen Eccleston,
Mujeres que construyeron las bases feministas y “deconstruyeron” la cultura, generando conciencia y espacios a las demás mujeres para deliberar sus propios destinos. Juana Manso nos decía:”Yo no soy dueña de más terreno que aquel que oprime a mi planta, ni más aire que el que con esfuerzo aspira mi corazón. Esta ciudad ha caído en manos de los jesuitas, y desde 7 años en adelante todas las mujeres están regimentadas en asociaciones secretas religiosas de manera que para una hereje como yo no hay nada más que odio y guerra sin tregua”.
Juana Manso no paró de pelear un solo día de sus 55 años para que” los pueblos se encaminen a la emancipación moral, libres de la oprobiosa cadena de la ignorancia, la más vergonzosa de todas las esclavitudes, pues mancilla la criatura y contraría el destino de la humanidad”.
Maestra y defensora de la educación pública, fomentó que las escuelas normales y públicas fueran mixtas.
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Se convirtió en la primera mujer que en 1869 integró como vocal el Departamento de Escuelas, y dos años después, la Comisión Nacional de Escuelas, en Buenos Aires, Argentina. Introdujo la enseñanza del idioma inglés y dio una batalla contra la designación a dedo de docentes y directivos, promoviendo los concursos por méritos y antecedentes en todos los niveles, que en la actualidad esas luchas y perfiles de entonces, se están perdiendo, por políticas “deconstructivas” y elitistas.
Juana Manuela Gorriti, una seguidora y amiga de Juana Manso, fue quién despidió sus restos y aprovechando la ocasión dijo:” Juana Manso, gloria de la educación; sin ella seríamos sumisas, analfabetas, postergadas, desairadas. Ella es el ejemplo, la virtud y el honor que ensalza la valentía de la mujer, ella es, sin duda, una mujer.” Esto también se debía a las apreciaciones indicadas por Sarmiento diciendo que: “La Manso, a quien apenas conocí, fue el único hombre en tres o cuatro millones de habitantes en Chile y la Argentina que comprendiese mi obra de educación”.
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En el año 1880, donde Julio. A. Roca asume como presidente, es la época donde se instala la frase“granero del mundo”. Parafraseando y para ubicar en qué etapa social y económica se encontraban las Mujeres de entonces, cuando decimos granero, nos referencia a un depósito, un lugar inanimado, sin vida, sin trabajo, con un valor agregado en términos económicos sólo para unos pocos y unos muchos y muchas sin ese valor. El trabajo, los puestos de empleo, se exportaban junto con nuestras ovejas, vacas y trigos a Inglaterra, quedando sólo en nuestras tierras la riqueza concentrada y la miseria repartida.
En Europa la corriente imperante de pensamiento fue el positivismo. Este pensamiento sostenía que la sociedad respondía a un orden similar a las leyes de la naturaleza, que éstas estaban marcadas por el progreso de un estado más primitivo a otro más desarrollado. Así, algunas sociedades no progresaban y quedaban estancadas. En pro de ese progreso de sociedades avanzadas que dominarían a otras estancadas. Una consecuencia del positivismo es el darwinismo social,  es así que Darwin deja expresamente sus pensamientos del lugar que ocupaban las mujeres en esos pensamientos y estilos de sociedades: “Se admite generalmente que en la mujer los poderes de la intuición, la percepción y quizás  la imitación son más señalados  que en el hombre, pero algunas de estas facultades, al menos son características  de las razas inferiores y, por consiguiente, de un estado de civilización pasado y menos desarrollado.”
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Al tiempo que se promovía la llegada masiva de inmigrantes para construir esa Argentina agroexportadora, las tierras que supuestamente ocuparían esas manos de obra que venían ya estaban ocupadas y repartidas de antemano en las familias oligárquicas del país.
Mucha de esa mano de obra se convirtió en mano de obra rural y urbana que levantó y acarreó las cosechas, construyó puertos, tendió vías férreas, edificó ciudades y trabajó en las nacientes fábricas en los más variados oficios de la “modernización” del país, en condiciones denunciadas como deplorables.
Las leyes “secularizadoras” como la de matrimonio y del Registro Civil, que quitaban el control a la Iglesia, los casamientos y su control , nacimientos y defunciones, no modificaron la situación de inferioridad legal de las mujeres, ni pusieron fin a la discriminación entre hijos legítimos e ilegítimos.
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Las mujeres, en especial las de sectores medios y obreros, fueron partes y arte de esas luchas que planteaban que la “modernización” sólo sería real basada en la equidad, la justicia social, el acceso a la educación y los derechos civiles para todos y todas.
Toda esta impronta y época, nos remite a las diferentes corrientes que entradas las mujeres en las distintas formas que fueron adquiriendo en la nueva sociedad argentina, conllevando cambios culturales que intensificaron la incorporación de la mujer trabajadora, iba a romper con las normas culturales establecidas hasta esa época donde el prototipo familiar siempre fue la mujer en casa, bordando y cuidando del hogar. Ahora, con las nuevas personas llegadas y las nuevas formas de querer modernizar y “progresar”, desestructuraba las concepciones hasta el 1880 concebidas. Es más en algunas actividades sólo se toman como empleadas a mujeres solteras.
 Pese a los cambios, seguía prevaleciendo la noción de que la función primordial de la mujer era ser madre y atender al cuidado del hogar, un doble discurso, de doble moral y buenas costumbres que comienza a chocar con las mujeres que comienzan a dar batalla, en desequilibrar esas concepciones.
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La desigualdad de salarios por igual jornada de trabajo entre obreras, costureras y demás oficios, que comenzaron a tomar forma y parte las mujeres, fueron los primeros atisbos de luchas y de generar formaciones sindicalistas y agrupaciones en defensa de los derechos las mujeres trabajadoras.
Como las ideas anarquistas y de mujeres libertarias, que venían desde esa España agobiada de franquismo.
Surgen las mujeres escritoras, artistas, pintoras y escultoras, la primera mujer médica, saliendo del perfil de enfermera dedicada al cuidado de personas.
Nombres y perfiles de mujeres como Elvira Rawson cuyas palabras en un mitin de la Unión Cívica Radical nos muestra como comienza las nuevas concepciones entre las mismas mujeres que se atreven: “La mujer de nuestra patria debe erigirse en sacerdotisa de la libertad…Su conducta debe adaptarse al ideal presente, cumplir su destino supremo que transformará las sociedades; su acción debe sentirse no indefinida, ardiente.”
Elvira tuvo una destacada actuación en el Congreso Internacional Femenino celebrado en 1910, donde presentó un proyecto de reforma del Código Civil con relación a los derechos de la mujer. Más tarde fue la promotora de la Asociación pro Derechos de la Mujer, institución que reclamaba la igualdad para ambos sexos en códigos y leyes, participación en puestos directivos en el área educativa, leyes protectoras de la maternidad y la posibilidad para las mujeres tanto de elegir a sus gobernantes como de ser elegidas.
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Otro nombre en la Historia feminista es Carolina Muzzilli, que denunciaba la explotación inhumana de niños y niñas. En esa Argentina pujante y en pleno desarrollo.
En su tesis de Licenciatura en Antropología sobre el caso argentino, Mariela Acuña afirma:
“Podemos decir que la relación entre el pensamiento reformado y las ideas feministas fueron en cierta medida producto de una serie de factores asociados al individualismo religioso fundamentado en la hermenéutica personal, en la noción de libertad, en la idea de justicia, de autonomía, de responsabilidad personal, de revalorización de la mujer dentro del matrimonio, de preocupación por la alfabetización, del sentido del deber moral, etc. Si bien la postura respecto a la mujer fue bastante conservadora –los roles dentro de la familia estuvieron siempre bien marcados-, la semilla de su emancipación estaba sembrada, y ellas se preocuparán por hacerla crecer. (Acuña, 2007,49)”
Con este párrafo de los textos de clase:” Fragmentos de historia del feminismo en Argentina”, de Mónica Tarducci y Deborah Rifkin
Encontramos la fundamentación para dar respuesta a las Asociaciones del Libre pensamiento, que comienzan a fundarse y activarse en Argentina. Una fusión entre el Parido Socialista y las Iglesia protestante.
Apoyando esta asociación a otra como la fundada por Elvira Rawson.
Una muestra activa y de construcción desde los movimientos de los que estamos exponiendo tuvo sus resultados en una huelga de trabajadoras domésticas, incluyendo mucamas y cocineras.
No debe sorprender que las ideas del libre pensamiento se unieran a las anarquistas, socialistas y sindicalistas traídas por inmigrantes europeos y europeas.
La huelga del personal doméstico en 1888 fue crucial para comenzar a visibilizar los nuevos pensamientos y acciones que vendrían a futuro.
El conflicto se extendió por el verano de la clase dominante oligarca, incluyó a mucamas, cocineras, cocheros y personal de hostelería.
Esta huelga modificó y ratificó una ordenanza del Código Civil donde a cada trabajador y trabajadora doméstica, niñera, cocinera, de servicios tuvieran una libreta donde se especificaban sus funciones, y que era un derecho pleno del trabajador/a el que sólo se podrían identificar los ingresos pagados por sus patrones. Fijó que la contratación debería realizarse por períodos determinados no superiores a 5 años. Introdujo la noción de “preaviso” tanto para el empleador/a como para el empleado/a. Se trató de una de las primeras normas laborales argentinas.
Tanto en las corrientes socialistas y anarquistas hubo una temprana participación de las mujeres. Las mujeres de esa época participaron en la creación de sociedades de resistencia y uniones gremiales.
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Las diferentes mujeres trabajadoras en distintos oficios como costureras y  operarias se fueron agremiando en las diferentes organizaciones sindicales  creadas por mujeres como Fenia Chertkoff, Cecilia Boldovino, creando la UGF (Unión Gremial Femenina) que adhirió a la central socialista Unión General de Trabajadores (UGT).
Las modistas, las telefonistas, las operarias en distintos pero cercanos momentos usaron la huelga como elemento de protesta y de lucha para la reivindicación de igualdad de salarios, horarios de 8 hs de trabajo, descanso, protección ante la maternidad, etc.
Estas luchas también tuvieron sus ecos en lo político respaldadas por la lucha civil del voto femenino. Como referente feminista se recuerda con mucho orgullo a Julieta Lanteri, que dando una vuelta de rosca a la ley vigente fue en una votación de municipales la única mujer que votó, luego por ese motivo, regularon la ley electoral poniendo como una normativa más al motivo de que las mujeres no votaran al que se debía cumplimentar el servicio militar obligatorio. Como anécdota, en la historia ha quedado que la misma Julieta Lanteri se presenta ante el Ejército solicitando que pueda realizar el servicio militar.
Otro levantamiento donde las mujeres fueron las protagonistas en lucha y resistencia fue la llamada Huelga Conventillera. Donde las familias vivían hacinadas y en condiciones deplorables, donde los dueños de esos conventillos no suponían ninguna inversión en mejoras y cobraban un alquiler altísimo de renta proporcional al estado de las viviendas. Fueron luchas con represiones fuertes donde las mujeres iban al frente con las escobas mientras recibían desde el otro lado gases y balas.
Todas y más las mujeres de esta época marcarán el camino y dejarán su huella histórica para que sigamos desde el feminismo desestructurando lo estructurado. Combatiendo al patriarcado, para generar conciencias libres y de dominio de nuestras propias vidas.
 Materiales de consulta y estudio:
“Fragmentos de historia del feminismo en Argentina” de Mónica Tarducci y Deborah Rifkin Texto de clase
Y de mi propio aporte “Mujeres tenían que ser “de Felipe Pigna.

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Encuentros Nacionales de Mujeres en Argentina.
Todo espacio de encuentro y de interacción, donde nos afirme la identidad como grupo, como personas, como mujeres donde se apueste por el intercambio de ideas, experiencias y de proponer nuevas formas de resistencia y lucha, son válidas y necesarias.
Desde el año 1986 que en Argentina se viene aconteciendo todos los años a los encuentros nacionales, comenzando desde una propuesta de mujeres feministas, hoy ha superado las expectativas y la diversidad de mujeres que asisten a los encuentros.
Ha generado en los regionales, en las diferentes provincias del país y desde las diferentes organizaciones sociales donde las mujeres se hayan implicadas: jefas de hogar, amas de casa, trabajadoras, estudiantes, hijas, madres, punteras de barriadas, etc. Se junten en regionales o pre-encuentros para así poder debatir y llevar al gran encuentro nacional las faltas o experiencias de cada lugar.
Personalmente, y en mi historia he despertado en la actualidad en que se hace efectivos estos encuentros, el país en el que estuve 10 años viviendo, España, no hay este tipo de movilizaciones populares y tan independientes a su vez.
Existen encuentros o congresos, o charlas, o talleres donde las mujeres de diferentes comunidades o pueblos se puedan juntar, pero no es en su mayoría visibles.
Los encuentros nacionales de mujeres han logrado en Argentina una visualización mediática, popular y política importante. Tanto en el lugar o provincia que se decida realizar cada encuentro provoca la crispación del obispado de turno y hasta de los mismos gobiernos porque no pueden tener el control de lo que pase en esos encuentros.
Desde mi mirada de extraterrestre recién llegada pero no recién impregnada de la diversidad y la problemática de género percibo y se me hace visible la falta de sistematización, regularidad y de implementar proyectos a largo plazo hasta el próximo encuentro para generar fuerza e incidir en las políticas gubernamentales de cada provincia a nivel nacional, luego cada organización o mujer lleva sus experiencias al resto del grupo y sigue luchando desde sus colectivos y regiones.
Puede ser que todavía falta   formar un frente común o que los encuentros no tengan ese objetivo todavía, pero puede llegar a serlo, es un espacio ya que da para mucho más que encontrarse, dadas las circunstancias actuales en cuestiones de referenciarse no sólo las militantes, las sindicalistas, las universitarias, las comunicadoras, sino todas, las madres o familiares de las víctimas de violencia, las abusadas y que pueden hoy contarlo y seguir luchando… Todas las independientes, las mujeres originarias, y no sólo las mujeres sino también de ampliar en cuestión de equidad de géneros.
Dejo estas coberturas que al volver a mi tierra en el 2010, comienzo a seguir dándome cuenta que somos muchas y tenemos mucha más fuerza de la que la aplicamos.
 Aixa Garcia Avellaneda
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